Hace poco hemos tenido en consulta un caso que me va a servir para contaros de un efecto que ocurre con frecuencia.
El paciente acudía por tener dolores en el cuello, hombros y brazo derecho. También refería cierta opresión en la zona de la boca del estomago.
Después de la anamnesis adecuada, vimos que sus síntomas le molestaban sobre todo en su profesión, al ser músico de un instrumento de cuerda, y sujetando a su hijo pequeño en brazos.
A medida que el tratamiento avanzaba, el paciente iba disfrutando ya que comenzaba a notar como las zonas que antes estaban con restricción de movimientos ahora comenzaban a moverse con libertad y llegaban las buenas sensaciones del cuerpo.
Lo interesante ha sido escuchar al paciente al volver a la consulta ya que no solo estaba contento por apenas padecer los dolores con los que había venido, si no que también había recuperado parte de vitalidad, energía, y no se recordaba cantando tan bien en muchos años. Este es el efecto del que os quería hablar. Muchas veces uno acude a consulta por un motivo, y después de una exploración física y una buena anamnesis observa síntomas secundarios que también van cediendo a medida que vas haciendo el tratamiento principal. Pueden ser cosas de las que uno se da más cuenta o menos cuenta, pero están ahí esperando a que les hagamos caso para darnos el permiso de sentirnos bien con nuestro cuerpo.
Animo desde aquí a todos los que tengáis una duda sobre algún síntoma a que consultéis con vuestro fisioterapeuta de confianza ya que puede ser que sean detalles que se solucionen con facilidad.
Pagina web del colegio de fisioterapeutas del País Vasco: http://www.cofpv.org
Bonita entrada y bonito enfoque 🙂
Muchas gracias Begoña,
Tu opinión alimenta las ganas de seguir escribiendo ^_^.
Un saludo!